El Obelisco de Buenos Aires es un monumento histórico, considerado ícono de Buenos Aires, capital de Argentina. Fue construido en 1936 con motivo del cuarto centenario de la primera fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza. Adorna el cruce de las avenidas Corrientes y 9 de Julio, es uno de los monumentos más representativos de la ciudad.
El término «obelisco» deriva del latín «obeliscum» y se refiere a un pilar muy alto con cuatro caras iguales y una punta piramidal achatada, utilizado como adorno en lugares públicos. El Obelisco de Buenos Aires se convirtió en el símbolo representativo más importante de la ciudad y sus habitantes, al igual que la Torre Eiffel en París o la Estatua de la Libertad en Nueva York.
Pero más allá de todo, el obelisco es sinónimo de encuentro, de festejos, también de reclamos.
Es el punto de encuentro para actos y celebridades, como olvidar cuando Argentina salió campeón mundial lo que fueron los festejos allí, donde el obelisco parecía chiquito ante tanta multitud.
Y ahora, por primera vez, el Obelisco de Buenos Aires, se puede recorrer por dentro y con su nuevo mirador se va a poder apreciar y disfrutar sus vistas desde su balcón, ya que cuenta con un nuevo ascensor que te lleva hasta la cima, pero para poder hacerlo hay que anotarse en las visitas guiadas, las cuales son gratuitas.
A continuación, te contamos como es el itinerario.
Las primeras visitas serán del jueves 1 al domingo 4 de mayo, exclusivamente para residentes mayores de 18 años de CABA.
Para participar hay que inscribirse previamente a través del enlace disponible en la bio de @baparticipacionciudadana en Instagram. La actividad es gratuita pero con cupos limitados, y la confirmación se realiza por correo electrónico.
El acceso al mirador se realizará por la escalera interna del monumento, por lo que no es apto para personas con movilidad reducida, vértigo o miedo a las alturas.
Para ingresar al mirador del Obelisco tenés que dirigirte a la Plaza de la República, justo donde confluyen las avenidas Corrientes y 9 de Julio. Para el ascenso se instalaron ocho escalones y un ascensor vidriado de última generación que alcanza la cima del Obelisco, la famosa punta vista desde todos lados, en sólo un minuto.
Además del ascensor interno, hay una escalera metálica caracol rodeando la estructura del ascensor, como salida de emergencia. Una vez arriba, donde termina el ascensor, tenés que subir 35 escalones hasta llegar a las ventanas desde donde ves Buenos Aires en todo su esplendor. En la cima o punta del Obelisco vas a encontrarte con las cuatro aberturas o ventanas que te permiten ver Buenos Aires desde una perspectiva inédita, lo que lo convierte en uno de los mejores miradores de la ciudad.
El Obelisco es mucho más que un simple monumento, es un testigo vivo de la historia y un símbolo de la grandeza y la vitalidad de Buenos Aires.
