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El Gitano, el de las batas rojas, hoy cumpliría 80 años, no solo fue un ídolo popular. Fue
un artesano del deseo, un romántico incurable, un perfeccionista que dibujaba sus
vestuarios, ensayaba coreografías con soldaditos de plomo, fue el artista total, ese
que parecía salido de un guion imposible.
Roberto Sánchez nació en Valentín Alsina, fue un adelantado, ídolo pionero del rock en
castellano con Los de Fuego, también el galán latino que reinventó la balada romántica
con una teatralidad única. Fue estrella de cine, ídolo de masas, mito popular. Y fue,
sobre todo, un artista fiel a sí mismo.
Este martes, la Plaza Roberto Sánchez, en Banfield, será el epicentro de un homenaje
con el sello de la gente. Desde las 12:30, el encuentro “Lomas canta a Sandro” reunirá
músicos, orquestas, bandas y fanáticas que llegarán con flores, pañuelos rojos y
lágrimas contenidas. Se presentarán Los Tabaleros, la Banda Sinfónica de Lomas, el
Cuarteto de Cuerdas Lomas y artistas del musical Sandro, el gran show. Será una
jornada para cantar, bailar y recordar.
Olga Garaventa, su esposa y compañera hasta el final, también forma parte activa de
los homenajes por este 80° aniversario, integró los eventos que se realizaron este fin
de semana y está  presente en la organización de los actos en Banfield, en la
restauración y preservación de su legado audiovisual, y en cada detalle del canal oficial
de YouTube donde se publican sus películas remasterizadas, Olga acompaña con
discreción y firmeza la memoria de quien fue y sigue siendo el gran amor de
millones, pero sobre todo el suyo.
Mientras tanto, en su canal oficial de YouTube, cada jueves se estrenará material
remasterizado de sus películas, en formato HD, con sonido restaurado por Sony
Music. Serán diez semanas de estrenos digitales, comenzó el 14 de agosto y el último
será el 10 de octubre, donde revivirán joyas de su filmografía como Subí que te llevo,
Gitano, Quiero llenarme de ti y otras piezas que marcaron a generaciones.
Sandro diseñaba su mundo como un director de cine, dibujaba los trajes que usaba
en escena y su madre los cosía. Con telas de colchón se armó sus primeros

pantalones. En su casa de Banfield, hoy museo, guardó más de 2.000 carpetas con
partituras, bocetos, guiones de shows, ideas a medio escribir.
Vendió más de 22 millones de discos, grabó en cuatro idiomas, filmó 11 películas, y
marcó récords de presentaciones con sus 40 shows consecutivos en el Gran Rex. Lo
premiaron con discos de oro, platino y un Grammy a la Excelencia Musical. Pero él lo
tenía claro: “El verdadero premio es el cariño de la gente. Eso no lo podés poner en
una vitrina”, decía.
Un ídolo

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